Fundación Lolita Rubial Premios Morosoli
Morosoli 2012 Palabras del Dr. Gustavo Guadalupevolver

Morosoli 2012
24 de noviembre de 2012

Palabras de apertura del Dr. Gustavo Guadalupe
en la 18ª entrega de los premios de la Cultura Uruguaya

El Secretario Ejecutivo de la Fundación "Lolita Rubial" abrió el acto de premiación con estas palabras:

Muy buenas noches autoridades presentes hoy aquí: señor Senador de la República, señor Secretario General de la Intendencia de Lavalleja, Señora Presidente de la Junta Departamental de Lavalleja, señores Ediles, señor Diputado departamental de Lavalleja, Premiados de la noche de hoy, integrantes del Consejo Asesor del Premio Morosoli, amigas y amigos. Es para nosotros, como desde hace dieciocho años venimos haciéndolo aquí, un inmenso honor y una gran alegría compartir con ustedes este comienzo de acto. Comienzo de acto que, además de ser un hecho formal, siempre procuramos que sea una reflexión desde la Fundación “Lolita Rubial” hacia todos los que concurren hoy aquí.

El Premio Morosoli nace en el año 1995, queriendo ser una apuesta a la "Sociedad del conocimiento", una apuesta a promover la educación, una apuesta a una cultura "de y para la Paz". Basada en el respeto irrestricto de las diferencias, diferencias sociales, religiosas, políticas, étnicas, sexuales, de opción sexual, de todas las índoles, en un país que sentimos debemos ser un país "de paz y para la paz", más en este momento en que el mundo, y sobre todo medio oriente y oriente, está muy convulsionado.

Nuestro país fue poblado por inmigrantes, casi todos mediterráneos y centroeuropeos, muchos de ellos que vinieron huyendo de las guerras, otros perseguidos, otros huyendo de las hambrunas, de dificultades económicas..., y así se formó este crisol que hoy es el Uruguay. Uruguay, que este momento, está pasando por un momento, desde el punto de vista económico, sumamente ventajoso.

En los últimos diez años tenemos un crecimiento económico como nunca yo, - que hoy tengo 60 años-, he visto o vi a lo largo de mi vida consiente. Un crecimiento económico que permite además que el Uruguay, en muy poco tiempo, haya logrado mejorar la distribución de la riqueza, merced a este crecimiento económico y a políticas inclusivas que se desarrollaron en el país, llevando de un 20, casi un 30 %, a un 12%. Pero con un hecho que a nosotros nos preocupa, que es que en ese 12% de pobres hay un clara infantilización de la pobreza, con un 25% de niños y adolescentes pobres. En un país que está, como decía al principio, en un momento crucial en la vida de la nación, como se da pocas veces en la vida de un país.

El Uruguay hoy puede generar cambios sustanciales que promuevan un salto cualitativo, que lo lleven en 50 años a transformarse en un país de primer mundo, o caer en el abismo del subdesarrollo, y terminar siendo como Haití, y no exagero... Tenemos elementos muy muy positivos, y los voy a pasar a enumerar: elementos como pueden ser la apuesta clara a una independencia energética - molinos eólicos, plantas de biomasa, planta regasificadora que se va a construir en el Río de la Plata -, elementos de infraestructura - se piensa construir, y ya están prontos lo pliegos, para lo que va a ser el puerto de aguas profundas en el departamento de Rocha, que a futuro va a permitir la llegada allí de súper-cargueros, que es lo que en el futuro va ser el transporte marítimo en el mundo -, y como éstos, podríamos enumerar otra serie de hechos que el país viene generando, cambios desde el punto de vista económico, y desde el punto de vista también social. Hay un hecho sustancial que se generó con la inclusión del Plan Ceibal y la democratización del ingreso a la informática por parte de toda la población. Hoy todos los niños preescolares, de primaria, y de secundaria, tienen un acceso gratuito a la informática y a una herramienta que en el futuro va a ser infinitamente transformadora, hecho este revolucionario. Pero aquí, y voy a ir yo a este tema, vemos elementos sumamente preocupantes, que desde la Fundación “Lolita Rubial” sentimos que debemos hacer notar hoy. El primer elemento muy preocupante, es el hecho que vivimos en un país de viejos. Tenemos un perfil etario en el cual hoy no existe un recambio generacional como sería deseable, para que en el futuro el Uruguay tenga una chance de transformarse, en lo que hace un momento yo decía, en el país desarrollado que todos aspiramos. El Uruguay debe hoy generar políticas de inmigración, y sobre todo políticas que hagan que los uruguayos, - igualmente que recibimos a los turistas con felicidad, con alegría-, recibamos a los inmigrantes con felicidad, con alegría, porque van a ser los compañeros de ruta de nuestros hijos. Porque si no el Uruguay no tiene chance de poder sobrevivir como país, es muy poca la población joven y de niños que tenemos para generar los cambios que el país precisa.

En segundo lugar el tema educativo: aquí hay elementos positivos y elementos preocupantes. El primer elemento positivo -son dos, o tres-, hablábamos del Plan Ceibal (que recién lo nombrábamos), como elemento fundamental, revolucionario, que permite el acceso a la computación de toda la población juvenil y de niños. Tenemos la política de descentralización de la Universidad de la República, como herramienta sustancial de asentamiento en el interior de investigadores y docentes; y tenemos además lo que ya tiene media sanción parlamentaria - y que lo sentimos como un hecho realmente muy importante-, que es la creación de la Universidad Tecnológica , y que va a tener asiento en el interior de la República. Pero creemos que a esto se le deben agregar otros gestos muy importantes: el primero de ellos, que los docentes de primaria y de secundaria tengan dedicación plena como la que tienen los jueces, con sueldos dignos que con un cargo trabajen y vivan de él, que puedan tener año sabático para prepararse, y, que las exigencias en la preparación de estos docentes se eleve al doble de lo que es hoy. Para ser un país de primer mundo debemos tener una educación de primer mundo. A mí no me conforma que hoy seamos el tercer país en la escala de desarrollo humano, debajo de Costa Rica, debajo de Chile, no, yo quiero que Uruguay compita con los países del primer mundo, para esto debemos tener una educación de primer mundo.

Sí, lo hemos logrado y lo estamos haciendo en la parte de investigación: la Agencia Nacional de Investigación e Innovación por un lado, el INIA por otro, generan políticas de investigación realmente importantes, conjuntamente con la Universidad de la República. Se debe apostar más económicamente a esos hechos, para lograr que tengamos en el futuro un país de primera, un país de primer mundo.

El otro hecho que yo quiero poner en el tapete hoy aquí, es: tenemos ese 25% de niños y adolescentes por debajo del nivel de pobreza. Para que eso se transforme en el Uruguay, los mejores educadores deben estar en esas escuelas, si debemos pagarles el doble, la sociedad debe pagar el doble, la única forma de que esos niños se transformen en personas útiles, y vuelvan a recuperar lo que la sociedad no fue capaz de brindarles. Porque evidentemente ninguno de esos niños y adolescentes fue culpable de nacer en los hogares que nacieron. Los culpables somos nosotros como sociedad, que no hemos sabido generar una sociedad igualitaria. Por lo tanto hoy debemos generar una "educación igualadora", no aquella educación Vareliana igual para todos, no, una educación diferencial. No basta con las escuelas de tiempo completo, o de tiempo extendido, que son muy importantes, a eso hay que sumarle que los mejores docentes, y lo reitero, estén en las escuelas más carenciadas, para que la dedicación plena, con tutoría de esos jóvenes y adolescentes, logre que en el día de mañana se transformen en ciudadanos que aporten al desarrollo de este país.

Un último hecho que también nos preocupa, es el hecho que el Uruguay hoy tiene un número de jóvenes delincuentes muy importante, y que nosotros los estigmatizamos. Debemos saber que esos jóvenes han llegado a la delincuencia porque en los hogares que esos jóvenes viven, tiene condiciones de vida diferentes a los hogares de cualquiera de los que estamos hoy aquí, de los hijos de los que estamos hoy aquí, de los sobrinos de los que estamos hoy aquí. Son hogares en los cuales los códigos que se manejan son diferentes, es un mundo dentro de otro mundo. Desde esa óptica tenemos que verlo, y para salvarlos, no es estigmatizándolos, sino generando como yo decía hoy, políticas realmente inclusivas.

Por último, la herramienta que significa el Plan Ceibal, genera transformaciones que deben ser aprovechadas. Aprovechadas transformando los educadores de hoy, no en educadores como fueron a principios del siglo XX o en el siglo XIX, educadores enciclopedistas, sino educadores que lo que trasmitan fundamentalmente sean principios éticos y principios de vida, que sean realmente rectores y sean realmente ejemplo de sus educandos. Porque eso es lo que hoy la sociedad necesita, debido a que la mayor cantidad de jóvenes -tanto de hogares pobres como ricos-, por cómo funciona la sociedad, no tienen acceso a estar con sus padres el tiempo que debieren. El educador debe transformarse en un padre sustituto que trasmita principios de vida.

Amigos, estos son los conceptos que desde la Fundación “Lolita Rubial” deseábamos compartir hoy con ustedes, algunos muy promisorios, otros preocupaciones. Antes de despedirme, deseo felicitar a todos los premiados de la noche de hoy, agradecer a los integrantes del Consejo Asesor, a la Intendencia Departamental de Lavalleja, al Ministerio de Educación y Cultura, al Ministerio de Turismo y Deporte, por el apoyo que nos han brindado, y a todos ustedes agradecerles por la presencia aquí. Gracias.

 

Fundación "Lolita Rubial".

 

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