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Año 2001

Morosoli de Oro 2001

Prof. Dr. José María Portillo Olascoaga.

Maestro de la pediatría uruguaya. Presidente Honorario de la Sociedad Uruguaya de Pediatría.

• Nace un 7 de febrero de 1911, en Burdeos, Francia, pues es hijo del Cónsul del Uruguay en aquella ciudad. Su padre fue, además, un médico uruguayo que había realizado sus estudios universitarios en Paris.

• Profesor Titular de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, Uruguay.

• Presidente Honorario de la Sociedad Uruguaya de Pediatría.

• Su educación secundaria la cursó en el antiguo Liceo "Rodó", completando el bachillerato en la entonces "Universidad", después: Instituto "Alfredo Vázquez Acevedo" - IAVA, de merecida recordación.

• En la Facultad de Medicina cursó toda su carrera en compañía de José B. Gomensoro (a quién lo unían, además, vínculos familiares), de Raúl Di Bello, y de Alfredo Pernín, entre muchos más. Con los compañeros mencionados mantuvo una estrecha amistad toda su vida.

• Graduado de médico, su formación pediátrica y su actuación docente tuvieron como escenario el Hospital "Pedro Visca", uno de los grandes centros de atención de los niños de nuestro país.

• Como todos nuestros pediatras proviene de la escuela fundada por el legendario Maestro de la pediatría uruguaya y también latinoamericana Luis Morquio. A su juicio, los responsables directos de su formación fueron los Doctores Carrau, Conrado Pelfort, y Praderi. Estos distinguidos médicos no eran docentes titulares de la Facultad de Medicina sino, colaboradores honorarios de la docencia, que actuaban en el Servicio del "Pedro Visca" a cargo del Dr. Carrau.

• En el Hospital "Pedro Visca" actuó Portillo toda su vida de Médico y de Profesor. Alcanzó los cargos profesionales tras una brillante y ardua carrera docente. Profesor Agregado, primeramente, y luego Profesor Titular. Legiones de estudiantes recibieron su influjo educacional en el más amplio sentido de la expresión. Como los verdaderos maestros, Portillo enseñó pediatría pero, a la vez, como consecuencia natural de su ejercicio enseñó, también, ética profesional y dignidad humana.

• Entre sus principales discípulos se cuentan: Fernando Mañé Garzón (pediatra, profesor e historiador de la medicina uruguaya), Aída Olivenstein, Héctor García Rocco y Álvaro Osorio - ambos prematuramente fallecidos - y los después profesores titulares: Rodolfo Maggi, Gloria Ruocco, Ana María Ferrari y Antonio Naivac. También se distingue a la Dra. Lil Cardoso, y muchos excelentes especialistas más.

• Fueron contemporáneos suyos en el ámbito de la pediatría uruguaya y la docencia: Euclides Peluffo, Alfredo Ramón Guerra, María Luisa Saldín, Julio R. Marcos y Ramón Carlos Negro. Todos ellos son personalidades médicas que continuaron la senda de Morquio y la ensancharon considerablemente, constituyendo una verdadera escuela que, por muchos motivos es orgullo de la medicina nacional. Muchos pediatras de múltiples países de América Latina se formaron aquí, en el Uruguay, en el ámbito siempre abierto y generoso de la Facultad de Medicina.

• Autor de importantes publicaciones científicas que resultaron de un serio trabajo de investigación realizado en equipo. Se destacan las contribuciones sobre: fiebre reumática en el niño, enfermedad respiratoria intra torácica prolongada, meningitis tuberculosa y su tratamiento y, sobre el estudio de las cardiopatías congénitas, entre muchos, muchos más.

• A la auténtica modestia del Profesor Portillo, toda su vida de médico de pediatra, de profesor le pareció, simplemente, natural.

• Al ser designado en setiembre del 2001, Presidente de Honor de la Sociedad Uruguaya de Pediatría - condición que le fuera otorgada con anterioridad únicamente a Luis Morquio y a Conrado Pelfort - Portillo dijo protestando, con la sinceridad que toda su vida fue su estilo: "no considero justificado que se me honre con ese título" y atribuyó el hecho a que quienes lo propusieron -guiados por el afecto y las buenas intenciones "no han logrado aquilatar la enorme distancia que me separa de Luis Morquio y Conrado Pelfort".

• Para él - un enorme Maestro que sinceramente ignora su condición de tal - su esfuerzo por la pediatría fue una constante que mantuvo toda su vida y lo hizo "como actividad natural, acorde a las circunstancias y sin que significara nada de extraordinario".

• Es un hombre sabio, que no sabe cuánto vale y, paradójicamente, su sincera confesión se vuelve el mayor de los elogios.

Premios y Distinciones

• Premio a la Cultura Uruguaya - "Morosoli de oro" - 2001 - Fundación Lolita Rubial, Minas, Uruguay.

 

Fundación "Lolita Rubial"

 

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